lunes, 9 de junio de 2014





Factores

Factores que condicionan el aprendizaje de la lecto-escritura

  • Factor madurativo: condición indispensable para aprender.
  • Factor físico: es necesario contar con una integridad visual, auditiva, y motora para aprender.
  • Factor lingüístico: la palabra hablada da lugar a la palabra escrita.
  • Factor social: determina la calidad del aprendizaje.
  • Factor emocional: autonomía y madurez emocional son condiciones indispensables.
  • Factor pedagógico: pueden no adquirirse por una falta pedagógica o por una dificultad del niño.
  • Factor intelectual: a los 6 años aproximadamente el niño ya cuenta con las funciones cognitivas necesarias para iniciar el aprendizaje de la lecto-escritura.





ACTIVIDADES PARA REFORZAR LA LECTOESCRUITURA

Las actividades no siguen un orden sera de acuerdo a las necesidades del grupo o de los niños.





































sábado, 7 de junio de 2014

Lectoescritura inicial



Lectoescritura inicial, en educación, se refiere a ese breve período en que los niños pequeños, entre 4 y 6 años de edad (educación infantil), acceden a leer y escribir. En realidad, no hace referencia a un concepto definido sino a un proceso compuesto por muchos conceptos que en su entramado han dado lugar a diversas teorías científicas de tal proceso. Los maestros saben que ese período es crucial porque los niños deben aprender a leer y luego leer para aprender otros temas y por esto deben observar detalladamente cómo los niños avanzan notablemente en sus logros. Cuando el maestro estudia sobre la lectoescritura inicial se enfrenta con teorías, investigaciones y estrategias de la práctica educativa que tienen distintos enfoques como el socio-cultural, el constructivista y la psicolingüística.
Enfoque socio-cultural
Destaca la importancia de las interacciones sociales, puesto que los niños pequeños están sujetos a aprender el modo en que está codificada la información culturalmente significativa que encuentran en todos los contextos sociales donde están presentes. Cuando los niños ingresan a la escuela han estado expuestos a la escritura y a la lectura aunque quizás su exposición varía en cantidad y en calidad según los contextos sociales.
Esta exposición informal a la escritura y la lectura no garantiza obviamente que el niño aprenderá a leer y escribir, pero será útil cuando el maestro le enseñe mediante actividades planificadas que aprovechen todos los aspectos significativos de los contextos sociales vividos por el niño. Si bien con distintos matices se destacan dentro del enfoque autores como Jerome Bruner, Lev Vygotski, Berta Braslavsky y otros. Si bien este enfoque considera que el aprendizaje comienza en contextos sociales no formales, la interacción con adultos a través de la participación en la cultura de lo escrito, como se registra en la práctica de los cuentos leídos por ejemplo, resulta fundamental.
Vygotsky con su concepto de zona de desarrollo próximo, desarrollada por la psicopedagoga latinoamericana Mercedes Chaves Jaime a través de la teoría de los espacio vacíos, explica que el niño no avanza más allá de lo que ya sabe, sin la interacción social con adultos o pares que han desarrollado otros saberes. En este sentido, el constructivismo difiere de esta idea porque pone énfasis en el proceso cognitivo de la alfabetización, sin desconocer la importancia de las interacciones sociales, porque en este enfoque se considera que el niño desarrolla concepciones propias sobre el lenguaje escrito, pero avanza muy poco en el medio que lo influencia gestando lo que se ha denominado alfabetización emergente. Al respecto Chaves propone un quehacer docente enfocado a fomentar la llamada "práctica deliberada", la cual, busca desde la concepción vygotskiana que el educando se inmiscuya en su aprendizaje, a través de un actitud de "querer-aprender". El uso del lenguaje escrito implica la capacidad para aprender cosas nuevas mediante la lectura y la capacidad para exponer nuestros pensamientos por escrito. La lectura y la escritura exigen coordinar una amplia variedad de actividades complejas, algunas implicadas en asignar un significado a los símbolos escritos y otras, en la interpretación del significado del texto. Aprender a leer y escribir requiere el uso del lenguaje de manera más consciente, formal, deliberada y descontextualizada. Dada su complejidad, el aprendizaje de estas actividades llega a convertirse en un serio problema para educadores y educandos.
Enfoque constructivista
La Dra. Emilia Ferreiro y la Dra. Ana Teberosky han investigado y descubierto una progresión del proceso de aprendizaje del sistema de escritura, que desarrolla cinco hipótesis sobre la lengua escrita. En las dos primeras, niñas y niños tiene una escritura indiferenciada, que las investigadoras denominaron "presilábica". Han construido una 1a hipótesis que logra diferenciar la escritura del dibujo, pero no grafican letras convencionales. En la segunda hipótesis que logran elaborar, niñas y niños emplean un variado repertorio de grafías convencionales reguladas por una hipótesis de cantidad mínima (no se puede leer si no hay una cierta cantidad de letras), otra hipótesis, la de variedad (letras iguales no sirven para leer) y otras relacionadas con la dirección de la escritura y con el abordaje del espacio plano.
Durante la construcción de la tercera hipótesis, denominada por las investigadoras como hipótesis "silábica", niñas y niños intentan otorgar valor sonoro a cada grafía, pero cada letra representa una sílaba: por ejemplo, pueden escribir AAA y decir que allí dice ANANÁ. En la constitución de la cuarta hipótesis sobre el sistema de escritura, denominada "silábica-alfabética" se produce cierta confusión en el proceso de aprendizaje, pues deben abandonar paulatinamente las hipótesis contraídas con anterioridad. Los conflictos se producen, generalmente, por la dificultad de coordinar las diferentes hipótesis, lo que induce a que quien aprende no sea todavía capaz de segmentar convencionalmente las palabras en la frase.
A partir de los conflictos cognitivos relacionados con la convencionalidad y arbitrariedad de la lengua, comienzan a elaborar la quinta hipótesis sobre la escritura, ya que niñas y niños hacen correspondencia entre el fonema y el grafema, alcanzando la denominada hipótesis "alfabética". Pero, ésta no es el final del proceso puesto que quedan por resolver ciertas dificultades que se presentan en la comprensión del sistema, sobre todo en la sintaxis y la ortografía. La Dra Emilia Ferreiro destaca que el proceso de alfabetización inicial tiene como componentes: la forma de alfabetizar que se elija, la madurez-interés de cada niña/o y, la conceptualización del objeto. Esta última puede darse de dos modos: como representación del lenguaje o como código de trascripción gráfica en unidades sonoras, cuando la conceptualización es de este tipo tiene una consecuencia pedagógica que es la ejercitación de la discriminación y la adquisición de una técnica en oposición a la comprensión de la naturaleza del sistema de representación del lenguaje.
La pedagoga Myriam Nemirovsky plantea que para revisar la evolución en las Hipótesis sobre el sistema de escritura y la lengua escrita (Silábica, silábica-alfabética, alfabética) no necesariamente se debe relacionar con la edad de niñas y niños, porque puede haber algunos de menor edad y de escrituras mucho más avanzadas que la de aquellos de mayor edad; la evolución está determinada por las oportunidades que tiene cada niña/o de interactuar con la escritura y con usuarios de escritura convencional en situaciones donde analicen, reflexionen, contrasten, verifiquen y cuestionen sus propios puntos de vista.
La Dra Ferreiro asegura que el Jardín de Infantes debería tener como propósito permitir a niñas y niños la experiencia libre de escribir, ya que se aprende mejor explorando formas y combinaciones para descubrir el sentido de la lectura y la escritura; porque el lenguaje escrito es mucho más que un conjunto de grafías que constituyen un código: es un constructo social, un artefacto-tecnología cultural, que sirve para transmitir información, expresarse trascendentalmente, apelar a cambios de conducta, compartir obras artísticas. Intentar leer en diferentes “datos contextuales”, es decir, en escrituras que están en el mundo circundante en cierto tipo de superficie (envases de alimento, en un periódico, libro, etc.), escuchar la lectura oralizada, leer en voz alta y gozar de una buena historia, ver escribir a los adultos, intentar escribir, reconociendo semejanzas y diferencias sonoras, mediante la producción e interpretación de textos.